“Les he dicho a las niñas: salid y dadlo todo. Todo. Que cuando estemos en el avión volviendo a Chile, penséis: he dado lo mejor de mí”, arranca Marioly Dore, entrenadora, profe, del equipo femenino del Centro de Entrenamiento y Formación Futbolística Copiapó. Copiapó, capital de la región de Atacama, es una zona “desértica, muy diferente de aquí, que es tan verde y tan bonito”. Las jugadoras volaron des de Santiago de Chile a Nueva York, i des de allí, a Madrid, donde cogieron un autobús hasta Barcelona para terminar llegando a Lloret de Mar, donde se alojan. “Ha sido un viaje muy largo, pero estamos muy contentas. Para muchas jugadoras, este ha sido su primer viaje”, apunta Dore, de tan solo 25 años.
El equipo femenino del CEFF Copiapó se fundó hace cinco años, pero se deshizo poco después, y hace cuatro años que Dore tomó las riendas. “La pandemia nos cogió cuando hacia poco que el equipo había nacido e hizo que no pudiéramos venir al MIC el 2020”, lamenta Dore. “Para mí era muy importante que las niñas vinieran: que se encontraran con equipos de otros sitios, que viajaran. El futbol femenino en Chile empieza a surgir ahora. Hace unos años, ser mujer y jugar a fútbol era como un tabú. Por eso quería que vieran y que tuvieran contacto con el futbol femenino de aquí”, explica.
En este sentido, Dore también destaca que “este año se ha aprobado una ley en Chile para regular el salario de las jugadoras de futbol. Ahora, las mujeres también nos podemos ganar la vida jugando a futbol. Esto es muy importante. Para todas, pero sobre todo para las niñas: ahora pueden empezar a creer en serio en el futbol femenino”. “Por eso, también, es tan importante que haya torneos femeninos como el MIC”, subraya. Por una parte, “porque hace que las niñas se lo crean. Venir aquí es una motivación enorme para trabajar, y es un esfuerzo que tiene una recompensa”. Y, a la vez, “hace que tengan más referentes, que también es muy importante. Y así, además, va corriendo la voz: quizás porque nosotras hemos venido, otro equipo femenino de Chile querrá venir el año que viene, y trabajarán y crecerán. E irá creciendo el futbol femenino”, observa Dore, que también remarca que “para mí es muy importante que en los equipos femeninos haya mujeres entrenadoras”. Ahora, el equipo encara el torneo “con muchísimas ganas, con muchísima ilusión, pero, sobre todo, con muchas ganas de jugar a futbol, que es lo que más nos gusta”.